miércoles, 4 de septiembre de 2013

Capitulo 11 > Nuestra primera pelea (por Lucas)

Si. Me llamo Lucas. Y si. Voy a la misma clase que Niko y Mika. Niko es uno de mis mejores amigos, y voy con él hasta el final de todo: hasta el final de un partido duro, de una riña dura, de la calle donde está su casa (más duro todavía, me da una pereza...), y, por supuesto, hasta el final de una paliza.
Niko es un chico bajito, y moreno. Yo, por el contrario, soy de estatura media, pelo negro, soy blanco como la nieve y tengo pecas...y por lo visto, eso a las chicas les encanta...
A mis 14 años he tenido ya 27 novias, mi récord es 3 en una noche. De entre las chicas que me han pedido ha salir, he rechazado a más de la mitad, 5 de ellas de clase, y 3 de cursos superiores...
Pero a lo que vamos, yo estaba en contra de que Mika formara parte del equipo. No es por nada, pero va todo en contra suya: es enana, es chica, y pega a quien tenga que pegar... Pero convenció a Niko a la fuerza.
Más tarde, todos le cogimos cariño...hasta llegar a ese punto...y eso que la idea fue de Niko, ''anti-chicas'' por naturaleza...
Ella nunca nos abandonaba. Es más, nos hizo ganar la mayoría de los partidos que jugábamos con ella...se hacía respetar...y nos animaba mucho...
Decidimos nombrarla subcapitana, aunque sabíamos que con lo de Carol sería todo más difícil...
Luego nos llegó la noticia de que jugábamos contra Lumbert, el mayor matón del colegio, el más malo, el que salió de un centro de menores...el típico personaje de todo instituto...
Siempre nos daba palizas...y este partido no sería una escusa más...
Eso nos desanimó bastante...pero según la idea de Niko no podíamos...bueno...da igual...más adelante lo descubriréis...
Como me toca rellenar esta parte de la novela, os contaré la vez que nos conocimos Niko y yo...
Es una de las pocas veces que agradezco la paliza de un matón...
Por aquel entonces, teníamos 10 años, y yo ya tenía fama de guapetón, y Niko fama de gruñón. No nos conocíamos mucho. Era la hora del recreo, y jugábamos un partidillo contra los de la otra clase, entre los que estaba Teo, el matón de primaria, que creo que ahora está en un centro de menores...al caso, Niko metió un gol, lo que significaba que íbamos ganando...y eso a Teo no le hizo mucha gracia...
Le pegó a Niko un empujón en los pulmones y dijo: a la salida te espero.
A Niko no le importó mucho. Siguió metiendo goles para nosotros. Que tío. Rodri era nuestro ''capitán'', un chico rubio de ojos azules (la competencia), muy amable, y con carácter de líder.

-No te tocará, Niko-dijo.
Niko sonrió.

Yo no pensaba perdérmelo por nada del mundo. Iba a ser una pelea entretenida. Así que a la salida estaba yo buscando, y vi a Niko y a Rodri  calle abajo...les seguí.
Me di cuenta de que yo no era el único que les seguía. El Teo este iba detrás. Se metieron en un callejón. Teo detrás y yo detrás, escondido detrás de unas cajas.
Teo agarró la mochila de Niko y le dio la vuelta al chaval.

-Ya creías que te librabas, ¿eh?-le dijo Teo.

Rodri empujó a Teo con su cuerpo y dijo:

-¡Niko, vete!
-Ni lo sueñes, no te dejaré sólo con un chaval de 12 años. Además esto es asunto mío.

Entre Niko y Rodri se pusieron a pegarle puñetazos a Teo, pero Teo era más fuerte. Apareció otro de sus amiguitos, de su misma edad. Sujetó a Rodri, y a judgar por como intentaba no gritar de dolor y la posición de sus brazos, estaba a punto de rompérselos. Mientras, Teo le pegaba patadas a Niko sin piedad. En los pulmones, en la barriga...y cuando estaba en el suelo lo pisaba...
Niko no se podía defender. Y yo no me iba a quedar ahí parado.
Salí de las cajas y tiré a Teo al suelo. Le pegué una patada en el estomago, y por poco no le pego otra más abajo.

-Sois unos cobardes, pegar a niños con dos años menos que vosotros...
Niko estaba en el suelo, apretándose fuerte el estómago, pero se reía...

-¿De qué te ríes?-le dije.
-De tener tan buenos amigos.-me dijo mientras sonreía.
Teo y su amiguito se largaron, y yo y Rodri chocamos manos...y ahí nació nuestra amistad...
Nos meteríamos en más peleas...recibiríamos más puñetazos...pero siempre, siempre llegaríamos hasta el final.

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